El mundialmente famoso pintor español del siglo XX Salvador Dalí solía decir: “Si un país no tiene al menos cincuenta variedades de queso y buen vino, ha llegado al final del camino”. No todo el mundo tiene prisa por estar de acuerdo con el clásico. Sin embargo, no hay que olvidar que el autor de la declaración procede del Mediterráneo, donde la elaboración de quesos y vinos es una tradición muy antigua y un indicador de la prosperidad del estado.
El queso español no sólo es una carta de presentación de la cocina nacional, sino también una parte importante de la cultura gastronómica mundial. La diversidad de variedades -duras y blandas, jóvenes y envejecidas en vino o aceite, enmohecidas o con trufas y especias- excita la imaginación de los gourmets con diferentes preferencias culinarias y les hace deleitarse más allá de toda imaginación.
En la actualidad, España produce más de 600 quesos diferentes y es uno de los tres principales exportadores del mundo, junto con Francia y Holanda. El temperamento único del queso español se debe a las condiciones climáticas únicas del país y a su heterogéneo paisaje geográfico. Nace en las vastas llanuras de Castilla y en las cordilleras glaciares de los Pirineos, en las raras rocas volcánicas de las Islas Canarias y en los suelos especialmente fértiles de Extremadura y Andalucía. Los amantes y conocedores del queso de todo el mundo están deseosos de probar este famoso producto español y descubrir lo que lo hace tan especial.