Se considera que la patria histórica de la sidra es el norte de España. Sin embargo, la bebida no se produce en todo el país, sino en regiones concretas: Asturias y País Vasco.

En el País Vasco, la sidra se llama “sagardo”, que se traduce como “vino de manzana”. Astigarraga es la capital de la bebida. Las sidrerías locales son el orgullo del país. Hay 21 siderias en la ciudad de 4700 habitantes.

La mejor época para degustar la sidra en el País Vasco es de mediados de enero a abril, cuando los productores escancian la nueva cosecha. Toda la sidra en España se elabora de forma artesanal según recetas que no han cambiado desde hace siglos.

Hay muchas variedades de sidra en el mundo: agria, dulce, amarga, seca, de frutas con zumo añadido de frutas y bayas. Cada uno de ellos es único a su manera.

Servir la bebida fría a 7-10°C. Es a esta temperatura cuando se abren todas las propiedades gustativas y aromáticas. Sólo hay que tener en cuenta que la sidra debe servirse fría, no helada. No añada nunca hielo y no utilice un congelador.

Cómo escanciar la sidra correctamente

Una vez servida la botella de sidra, hay que escanciarla adecuadamente en vasos.

En primer lugar, hay que elegir el recipiente adecuado para la bebida. Normalmente, la sidra se bebe en vasos de cerveza, aunque en algunas provincias francesas se utilizan copas de champán. Los alemanes y los ingleses beben cerveza de manzana en grandes vasos de cerveza. Los británicos beben en cuencos de cerámica. Los españoles son verdaderos conocedores de esta bebida, a los que les gusta beber sidra en vasos especiales de melón. Su altura – 12-13 cm, la parte superior se expande ligeramente.

La sidra seca vasca es una bebida espumosa. Para sentir toda la paleta de sabores, hay que espumar el líquido en el vaso. Coge la botella y levántala lo más alto posible sobre el vaso. Vierta la bebida en un chorro fino para que salpique las paredes del vaso. Gracias a las salpicaduras, el líquido se enriquecerá con oxígeno y aparecerá la espuma.

Los vascos no llenan el vaso por completo. En algunas provincias francesas y españolas existe la antigua tradición de no verter toda la botella en un solo vaso, sino que se vierte en seis personas.

Beba la bebida inmediatamente después de servirla. Al llenar el vaso, el sabor de la sidra se revela por completo. La espuma no durará mucho, así que bébala rápidamente. Un consejo: nunca llene un vaso más de un tercio.

Los asturianos nunca se acaban la sidra. Vierten el último sorbo en el suelo, prefiriendo sólo la sidra recién espumada. En las sidrerías asturianas, el suelo se forra con serrín para este fin. Pero hay una versión más interesante de esta tradición. Al verter el resto de la bebida en el suelo, los españoles agradecen a la tierra una buena cosecha de manzanas.